Experimentar emociones ha sido una parte importante de la evolución humana y de nuestra supervivencia como especie. Cuando se sienten plenamente, las emociones pueden ayudarnos a vivir una vida más conectada y plena.
Desafortunadamente, a muchos de nosotros se nos ha inculcado la creencia de que las emociones son improductivas y que hay que reprimirlas, adormecerlas o controlarlas. Recibimos mensajes implícitos de que puede parecer ser 'débil' expresar las emociones y, por lo tanto, debemos ocultarlas para ser 'fuertes.'
En muchos casos, los padres y cuidadores desaconsejan a los niños que muestren sus emociones. Como resultado, muchas personas tienen dificultades para reconocer, comprender y expresar sus emociones más adelante en la vida. Incluso hemos llegado a etiquetar negativamente a los individuos como 'emocionales,' en lugar de abrazar y apreciar esta increíble capacidad y calibre que vive dentro de todos nosotros.
Las investigaciones revelan que las emociones no manifestadas tienen un efecto fisiológico y psicológico negativo en el cuerpo humano. En otras palabras, evitar nuestras emociones puede alimentar los síntomas de enfermedades mentales como la ansiedad, la depresión, los trastornos obsesivos compulsivos (TOC) y los trastornos alimentarios. Además, las investigaciones demuestran que el reprimir las emociones puede hacer que las personas sean más agresivas y se agiten con facilidad. Por ejemplo, si durante el día reprimes tus sentimientos de ira hacia tu profesor o tu jefe, es probable que por la noche te pelees o discutas con tus seres queridos en casa.
Las emociones deben sentirse, y cuando las interrumpes o las ignoras, es probable que sientas los efectos, de forma inesperada, más adelante. Esto puede hacer que te sientas fuera de control. Además, otros estudios demuestran que obviar las emociones puede acarrear problemas de salud física, como mayores índices de síndrome del intestino irritable (SII), enfermedades cardíacas y menor inmunidad.
Las emociones se desarrollaron históricamente entre nuestros ancestros como una respuesta biológica innata para sobrevivir dentro del entorno. Son esenciales para nosotros como humanos, ya que nos ayudan a navegar por la vida. Las emociones desempeñan tres funciones de importancia crítica:
- En primer lugar, nos proporcionan información y nos señalan cosas importantes en nuestra vida de las que debemos ser conscientes. Por lo tanto, si no estamos en contacto con nuestras emociones, estamos perdiendo información valiosa sobre nosotros mismos y nuestra vida. La falta de conciencia emocional nos desconecta de nuestra situación, lo que puede inhibir nuestra capacidad de afrontarla adecuadamente.
- En segundo lugar, las emociones nos dan un sentido de continuidad o dirección en la vida. La calidad de las emociones que experimentamos nos proporciona una percepción de quiénes somos. En otras palabras, nos da un sentido de plenitud.
- En tercer lugar, las emociones nos ayudan a pasar a la acción. Si somos conscientes de lo que sentimos, podemos entender lo que necesitamos o queremos y, por tanto, averiguar cómo acceder a esas necesidades y deseos. La falta de conciencia emocional puede dejarnos sin rumbo en la vida.
Se puede pensar en las emociones como ondas de energía que fluyen por nuestro cuerpo y nos comunican. Pueden ser efímeras, como un destello de enfado con un amigo o compañero de trabajo, o duraderas, como la tristeza por la pérdida de un ser querido. Nuestras emociones también proporcionan sensaciones corporales y pueden darnos pistas sobre lo que sentimos. Por ejemplo, la ansiedad puede sentirse como un apretón en la garganta, y la tristeza puede percibirse como una sensación de pesadez en el pecho.
Todas nuestras emociones indican una necesidad, y cuando satisfacemos esa necesidad mediante algún tipo de tendencia de acción, puede ayudar a reducir la intensidad de la emoción. No podemos comportarnos bien si no nos sentimos bien. Por lo tanto, cuando satisfacemos nuestras necesidades o tenemos a alguien que nos ayude con nuestras necesidades emocionales, puede proporcionarnos una sensación de alivio, permitiéndonos navegar mejor por diversas circunstancias.
He aquí algunas formas de conectar con tus emociones y comprenderlas:
- Haz una pausa y observa: Una de las formas más sencillas de empezar a reconocer y etiquetar tus sentimientos es tomarte un tiempo a lo largo del día para comprobar tu estado físico y mental. ¿Cómo te sientes? ¿Hay alguna tensión en tu cuerpo? Si es así, ¿dónde? Es importante adoptar una postura curiosa al comprobarlo, en la que no te juzgues a ti mismo y sólo te interese saber más.
- Respira a través de ella: Una vez que empieces a identificar tus sentimientos y las sensaciones corporales que los acompañan, respira profundamente, procurando que las exhalaciones sean el doble de largas que las inhalaciones. Por ejemplo, inhalando durante cuatro segundos y exhalando durante ocho. Este tipo de respiración profunda activa el nervio vago, que ayuda a regular las emociones y el sistema nervioso.
- Sé autocompasivo: La autocompasión es el acto de reconocer tus emociones, recordándote que eres humano y permitiendo el sentimiento de las emociones como parte de la experiencia humana. Practicar la autocompasión puede ser beneficioso, ya que libera oxitocina ('la hormona del cariño') en nuestro cuerpo, que puede ayudar a calmarnos.
Al principio, podemos sentir miedo e incomodidad con nuestras emociones. Esto es normal. Es importante saber que las emociones duran poco y que hay que sentirlas para liberarlas. Los sentimientos no duran para siempre. Cuanto más cómodo te sientas al experimentar tus emociones, más fácil te resultará sentarte con ellas y ayudarte a superarlas. Como afirma el Dr. Les Greenberg "tenemos que vivir en armonía consciente con nuestros sentimientos, no intentar controlarlos."
Artículo de Sarvenaz Riahi en the.ismaili (29/10/2021)
Sarvenaz Riahi es una trabajadora social y psicoterapeuta registrada que ejerce virtualmente en Manitoba y Ontario.
https://the.ismaili/global/speeches/the-ins-and-outs-human-emotions