Junaid iba por el mercado de la ciudad con sus discípulos. Era su manera de aprovechar cualquier situación. Un hombre arrastraba su vaca con una cuerda, y Junaid le dijo al hombre: “Espera”. Y dijo a sus discípulos: “Rodead a este hombre y a la vaca. Voy a enseñaros algo”.
El hombre se detuvo – pues Junaid era un místico famoso – y él también se interesó por lo que iba a enseñar a estos discípulos y por cómo iba a utilizarlo a él y a la vaca. Y Junaid preguntó a sus discípulos: “Os pregunto una cosa: ¿quién está amarrado a quién? ¿Está la vaca atada a este hombre o está este hombre atado a la vaca?” Por supuesto, los discípulos respondieron: “La vaca está atada al hombre. El hombre es el amo, sujeta la cuerda, la vaca tiene que seguirle dondequiera que vaya. Él es el amo y la vaca es la esclava”.
Y Junaid dijo: “Ahora, mirad”. Sacó las tijeras y cortó la cuerda, y la vaca se escapó.
El hombre corrió tras la vaca y Junaid dijo: “¡Mirad lo que está sucediendo! Ya veis quién es el amo; a la vaca no le interesa en absoluto este hombre; de hecho, se escapa”. Y Junaid dijo a sus discípulos: "Lo mismo ocurre con vuestra mente”.
“Todas las tonterías que lleváis dentro no están interesadas en vosotros. Sois vosotros quienes estáis interesados en todo ello, lo mantenéis atado de alguna forma, os volvéis locos por mantenerlo amarrado de alguna manera. Vosotros sois quienes estáis interesados en ello. En el momento en que perdáis el interés, en el momento en que comprendáis su inutilidad, desaparecerán; al igual que la vaca, se irán".
Fuente: Sofoarchon.com